Sanidad creará una Agencia Estatal para el control de las enfermedades en España

El Ministerio de Sanidad ha puesto las miras en Estados Unidos para relanzar la salud pública en España. En concreto, se propone crear un organismo autónomo equiparable en alguna de sus funciones al prestigioso Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta –Center for Disease Control (CDC)–, al que proyecta llamar Agencia Española de Salud Pública.

La intención del departamento que dirige Trinidad Jiménez es que el nuevo ente esté sujeto al derecho público y contribuya a resolver «la escasa coordinación entre las distintas administraciones competentes en las actividades de salud pública en España». La creación de este dispositivo administrativo es una de las grandes metas de la Ley Estatal de Salud Pública, el siguiente paso legislativo que va a dar Jiménez desde su Ministerio, tras el último decreto-ley contra la bancarrota.

El texto, que carece aún de memoria económica, configura la futura agencia con funciones «deliberantes y decisorias», y estará dirigida por un gerente y por un Consejo de Gobierno en el que figurarán un representante de Sanidad y de cada una de las 17 autonomías. El objetivo, según el borrador, es que sea «un órgano coordinador e integrador» del grueso de los recursos específicos de la salud pública en la administración central. Así, integraría la «parte técnica» de la actual Dirección General de Salud Pública, la Escuela Nacional de Sanidad y los centros nacionales y laboratorios que dependen del Instituto de Salud Carlos III, la dirección técnica de los servicios periféricos de Sanidad Exterior e, incluso, la Agencia de Seguridad Alimentaria.

El nuevo megaórgano, cuya creación requiere del visto bueno del Ministerio de Economía al implicar un aumento del gasto público, podría asumir tareas de apoyo a las comunidades en el desarrollo de sus competencias en salud pública, prestándoles personal técnico o servicios de laboratorio en situaciones que lo hagan necesario, de manera similar a lo que hace el CDC con los departamentos de salud de los Estados en el contexto federal de EE UU. El Ministerio le encomendará además la gestión de las redes de alerta sanitaria, la planificación de la Salud Pública mediante la formulación de una estrategia, planes de acción, programas y la elaboración de un «informe de salud de los españoles». Sería, en definitiva, el órgano encargado de acabar con las desigualdades entre territorios, y de velar por que todas las políticas públicas «sean saludables».

La norma parte de la premisa de la existencia de fallos graves en la gestión de la Salud Pública y la Sanidad exterior. Con respecto a ésta, el departamento de Jiménez admite que la regulación vigente se encuentra muy desfasada. Sobre la primera, reconoce los problemas que causa para la gestión de esta área la descentralización. El departamento de Jiménez aboga por ello por «redefinir las competencias de las entidades locales en materia de salud pública» porque, a su juicio, «no puede atribuirse a todos los ayuntamientos las mismas competencias». También defiende la necesidad de establecer un «mínimo que ha de cimentar la actuación de todas las administraciones», y de mejorar la coordinación entre las administraciones competentes.

Fuente: La Razón.